Calma,
Por que
el feroz torrente no nos hubo ahogado.
Quieta,
Para
encontrar la luciérnaga
que nos
tiene apagado el candelabro.
Lenta,
Mientras
el miedo deshabita nuestro templo
y
recoge sus imágenes.
Suave,
Que el
arpa de la piel tiene un registro dulce
y ya
gozamos los arpegios y glissandos.
Carolina Guzmán Sol
Año
2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario