en la claridad de tus
ojos,
justo en el instante
en que estalla la
noche.
Buscar el oriente
de tu sexo,
herir las llanuras
argentadas
donde gotea el temblor
de mis besos,
ahí donde se funden
tu deseo y el mío.
Seguir el viento
que bordea,
los blancos arrecifes
de tus senos
y alcanzar entre tus
muslos
ese lugar preciso
donde rompe la ola.
Óscar Dávila Jara
2006
Don Óscar, como siempre riguroso.Un viaje a través de la geografía del cuerpo,
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