lunes, 28 de noviembre de 2016
TOQUE DE QUEDA número 9
TOQUE DE QUEDA No. 9
Es, quizá, Toque de Queda el
mejor intento por descifrarnos. Como esos bufones que se quitan el antifaz
después de concluir su número de malabarismo, nosotros, Los Bernales, lo hacemos bajo un periplo literario.
Este colectivo en prosa y verso, tiene como antecedente directo la
revista Vitral que se publicó en los
inicios del taller, gracias al apoyo mayúsculo del Licenciado Omar Béjar y la
pericia en la imprenta del señor José Luis Valerdi. Fue un logro enorme
publicar la primera revista cultural en Coatzacoalcos, que después de siete
números editados, se extinguió en el más absoluto silencio, sin Pompa ni circunstancia.
No obstante, esa primera revista cumplió con su misión difundiendo:
poesía, cuento breve, ensayo, crónica, fotografía y dibujos en tinta. El andar
literario, en esta tierra plagada de ingenieros y técnicos por el auge de la
industria petrolera, había iniciado ya.
Años más tarde, gracias a la tenacidad de Óscar Dávila Jara y del
periodista Jorge Cáceres, se difundió la página cultural La piel de Judas, en la revista mensual de un periódico local. Contamos en esa ocasión con la participación
de la pintora Ana Laura Pereyra para crear un logotipo que nos distinguiera. En
esas páginas se publicaron poemas de quienes en ese entonces formaban parte del
Taller Literario Bernal Díaz del Castillo.
Para fortuna de nuestro taller y de la vida cultural de Coatzacoalcos
hemos tenido amigos entregados a la literatura, y en el espacio de la letra impresa,
no podía faltar el soporte de José Ignacio Ordóñez y Claudia Morales, de esta
manera colaboramos con Ex Libris, página
cultural del mismo periódico de la localidad.
Dispuestos a continuar difundiendo nuestras creaciones, Óscar y yo, nos
dimos a la tarea de crear otro espacio palpable para que se dieran a conocer
nuestros trabajos. Después de un intercambio de títulos entre nosotros dos,
adoptamos el de Toque de Queda que
hasta hoy permanece, y que es una antítesis del eslogan: prohibición.
La diligencia y perseverancia de don Óscar, como le llamo, dio sus
primeras letras, no de sangre sino de tinta, en una revista artesanal que
apareció en junio de 2005 y así se fue sucediendo hasta el número cinco.
Después con la ayuda de Adriana Ortega Conde en la formación electrónica y del
periodista Corazón de Jesús Nicolás Vargas, Toque
de Queda se convirtió en plaquette
en su número seis.
La evolución de este espacio de papel y tinta continuaría, cual ciudad
que crece, y llegamos al formato de libro. Esto no podría ser sin el apoyo de
mecenas que sin preámbulos han apoyado generosamente este proyecto. En sus
números siete, ocho y nueve conté con el apoyo enorme de tres Bernales con falda: Carolina Guzmán Sol,
Rosy Márquez y Teté Balcázar.
¿Por qué Toque de Queda tiene
como eje central un arlequín para esta edición? Porque precisamente ese fue el pie forzado que nos impusimos para crear
los textos en prosa y en verso, que componen este libro.
Así, hasta la noche de hoy nuestro colectivo cumple con su objetivo:
difundir el quehacer literario de los integrantes del Taller.
En orden alfabético desfilan: Ana María Huerta, Ana María Rueda,
Angélica Carmona Jurado, Carolina Guzmán Sol, Dora Berenice Paredes Acosta,
Francisco Uscanga, Guadalupe Martínez Bernal, Iris Macías López, José González
Gálvez, Lilia Zamudio Ortíz, Lourdes Marín de Muñoz, María del Carmen Balcázar,
Marissa Hess, Margarito Escudero, Óscar Dávila Jara, Panfilita Chee Reyes, Pilar
López González, Rita Argudín Jiménez, Rosa Lotfe y Teté Balcázar. Todos
conformamos página a página los textos que integran este nuevo Toque de Queda, que a partir de esta
noche será nuestro libro de pies y cabecera.
Octubre 6 de 2016
sábado, 5 de noviembre de 2016
LA BELLA KENA
— ¿Me seguirás cuidando mamá?
—Claro, hasta que aprendas a hacerlo por
ti mismo. Pero recuerda: siempre seré tu mamá.
La
autora
En tiempos pasados tuvimos en casa una gatita
siamesa llamada Kena, era bella e inteligente. Le gustaba acompañarme cuando
salía de casa hasta media cuadra, ahí se detenía para ver cómo me alejaba.
Cuando le tocaba revisión médica, a la veterinaria le agradaba atenderla por lo
dócil que era.
Un gato
de la misma raza fue el novio y lógico, nacieron tres hermosos críos; dos
fueron regalados y no aguantamos la tentación de quedarnos con el tercero, Bécquer,
que aparte de haber heredado el porte de sus padres, era muy gracioso.
Una tarde-noche Kena empezó
a maullar a los pies de mi mamá.
— ¿Qué te pasa, qué
quieres?- Por respuesta se nos quedó mirando con
tristeza.
—Algo le pasa a Kena, parece alterada,
comentó.
— ¿Dónde está tu hijo?
— Kena, la vio a los ojos
y soltó otro maullido.
Acto seguido decidimos
buscar a Bécquer. En la casa no estaba;
salimos a la calle y no lo encontramos, nos preocupaba la desaparición y sobre
todo lo nerviosa que se veía la gata al no sentir con ella a su crío;
encabezaban al grupo mi mamá y Kena, fuimos al patio trasero utilizando
lámparas para seguir la búsqueda. La
noche era tranquila, fresca, una suave brisa del norte nos acompañaba.
Estábamos donde la barda derecha había
quedado baja y al otro lado estaba enmontado. De pronto la gata de un salto
subió y se perdió en la obscuridad; en ese momento todo estaba quieto, no se
escuchaba ningún ruido; nos quedamos a la expectativa; a los pocos minutos
regresó feliz, traía entre sus dientes, como trofeo, a su gatito, de la manera que
sólo ellas saben hacerlo.
Esa noche, estábamos
contentos al tener entre nosotros a Bécquer y admirados por la reacción de Kena,
que supo comunicar su sentir.
Yolanda Placeres Heredia
Octubre de 2016
martes, 1 de noviembre de 2016
CALAVERA
Y se les acabó la tinta
los llamaban “Los
Bernales”
la Muerte jaló parejo
los enterró en los
arenales.
Se fue Pepón, Lulú,
Omar
Panfilita y Carolina
todos vemos sus tumbas
muy cerquita en la
colina
siguen haciendo poesía
y huesudas son sus
manos,
hacen fiesta en
camposanto
se divierten como
hermanos.
Jorge Malpica Jiménez
Noviembre de 2011
CALAVERA
Es de muertos verse flaco
siempre pelando el diente,
“de ojo me como un taco”
dijo un tenebroso ente.
En mi reino somos iguales,
todos morimos parejo
muere el rico, muere el pobre,
muere el listo y el pendejo.
Comamos un buen tamal
chocolate y Pan de Muerto,
no necesitamos dietas
que nos deje el ojo tuerto.
Cempazuchil es la flor
que me gusta por su aroma,
sus colores me delatan
es la muerte que se asoma.
Siempre estoy vigilando
y me llevo al descuidado,
con mucho cuidado anda
no termines a mi lado.
Soy “Huesuda” soy “Catrina”
soy la Muerte ya no temas,
te llevo para mi casa
ya no andes causando penas.
Date cuenta soy coqueta,
sonrío cuando aparezco
me llevo al que ya le toca
y nunca al que no merezco.
Jorge Malpica Jiménez
Noviembre de 2013
CALAVERA
BERNALEZCA
¿Dónde quedaron las
plumas?
¿Dónde está la
inspiración?
puede ser y no me
consta
en una tumba del
panteón.
Escritores, escritoras,
literatos y letrados,
algunos tristes o
llorosos
y uno que otro
amargado.
La muerte viene para
todos
sin hacer ningún
distingo
se lleva santos,
pecadores,
a los ángeles y pingos.
Se escondieron tras sus
rimas
de los fuegos
infernales,
la calaca jaló con
todos
pobrecitos los
Bernales.
Corrieron por todos
lados,
evitando a la huesuda,
se los llevó muy juntitos,
que no les quede la
duda.
Hoy sonríen por sus
poemas,
pelando mucho los
dientes
son prosas un poco
frías,
para amigos y
parientes.
Camposanto V.I.P.
de tumbas con mucho
brillo,
para el grupo de poetas
del “Bernal Díaz del
Castillo”
Jorge Malpica Jiménez
Noviembre de 2016
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