lunes, 22 de mayo de 2017

LOCURA



En medio de la pertinaz lluvia, un loco pide a gritos un beso. De pronto, deja de llover y un arcoíris se dibuja en el cielo azul nomeolvides. Observa con mirada profunda a una mujer gorda que cruza la calle. Atraído por sus carnes fofas, va tras ella. Lo enciende una fuerza inexplicable que brota de alguna parte de su mente. Tal vez es una chispa de lucidez que retorna. La mujer, al darse cuenta que la siguen, corre despavorida y con gran dificultad. Apenas puede separar sus pies orondos en ángulo agudo. Es una especie de pingüino en la gran ciudad. Avanza, aletea, grazna, pero sin darse cuenta y en el mejor momento de la huida cae en una coladera. La gordinflona llora amargamente al verse sucia, sentirse sucia, olerse sucia. Está cubierta de podredumbre y sigue llorando. El loco se acerca y muy apenado le brinda una disculpa. Extrae de la bolsa de su casaca deshilachada un perfume y se lo ofrece. El perfume que no pudo entregarle a la mujer que amaba y que desató su locura.

Martín Cruz
Mayo de 2017


2 comentarios:

  1. Interesante trabajo Martín. Consolidas el asombro al final de tu texto.

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  2. Gracias Pepe. Ahi vamos aprendiendo poco a poco.

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