Alas… sólo alas,
para volar hacia el cielo,
y llegar al vórtice
del torbellino
que lleva la vida.
Alas… sólo alas,
para llegar al centro del sol
donde descuella
la luminaria infinita
que podrá encender
mi fuego para siempre.
Alas… sólo alas,
para impregnar de rojo
el horizonte,
tocar las suaves
plumas de las aves,
y verte apasionado
entre mis brazos.
Alas… sólo alas,
para ver el efecto mortecino,
de la vela encendida
en nuestra alcoba,
y saciarme cual último suspiro
en la cóncava
gruta de tu boca.
Alas… sólo alas,
para extasiarme
paseando entre mis sueños,
en la penumbra de una noche Parisina,
que miremos los dos
desde una luna,
que con rúbeo color
nuestra pasión encubra.
Alas… sólo alas,
para estar junto a ti,
encendido de amor y pasión,
…sólo uno.
María de Lourdes Marín Ramírez
Muy bella anáfora. Felicidades Lulú.
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