miércoles, 6 de abril de 2016

Trabajos que surgieron como resultado del Taller sobre la obra del escritor Juan Rulfo






EN VERDAD, EN VERDAD, LUVINA.



Quejas de tierra que se desgaja,
        y qué de donde sólo hay nieve y hielo.
Quejas de viento pardo y aire negro,
        y qué de huracanes que nieblan la vista
        y te ciegan a pocos centímetros.
Quejas de ausencia de cielo azul,
        cuando seres sufren secuencia de amanecer y crepúsculo
        en instantes.
Quejas de extrañar animales,
         y qué de donde raramente ves alguna morsa.
Llanto porque el miedo no deja dormir,
         y qué del horrendo espanto de un helado abrazo
         que te deprime en lo más íntimo de tu conciencia.
Y te acompañan niños,
         cuando en aquel sitio ni siquiera su recuerdo existe.
Que no hay sitio habitable,
         y qué harías viajando miles de kilómetros
         para llegar a una estación
         y contemplar y sentir a seres a tu imagen.
Ah, en verdad La Antártida es una experiencia terroríficamente
         inhóspita.

María del Pilar López González
Abril de 2015





LUVINA CERCA DE TI




Me preguntan si conozco Luvina. Dicen que es un lugar en lo alto de un cerro, carente de alegría, apagado, sin motivación alguna, con unas pocas chozas casi abandonadas.

No, no la conozco, pero me imagino que es como la vida de algunas personas; solitarias, aisladas del resto del mundo, tristes por alguna razón, basta con ver sus rostros inmutables; comen, caminan y duermen, actúan por instinto como si hubieran perdido la alegría de vivir. Tal vez tú mismo resides en Luvina y no te das cuenta.

Ese lugar distante se convierte en algo tan cercano. La realidad es que cada quien sobrevive como puede.


Olga Lidia Hidalgo Gordillo

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