martes, 22 de mayo de 2018

LA LEGIÓN




Mi foco visual se ajusta a la caterva del viejerío de noventa pa´rriba, todas igualitas, qué importa flacas o gordas, prietas o blancas, canosas o pintarrajeadas, pieles resecas, de cebolla o de ajo, tiesas de rodillas o caderas, o peor, de antebrazos u hombros, las patas chuecas, caminar inseguro, me recuerdan el show de Michael Jackson, pero sin arte, sin gracia, sin resignación, sin consuelo; ay qué ojeras, parecen de Frankenstein, y los dientes… no, no los veo, creo pasaron a la historia, ¿y esa tos? ¿es preámbulo de qué?, ¿y ese respirar agitado?, pero si una que yo conozco requetebién creyó hace unas noches que la Catrina con su velo negro, transparentaba guiños y ay, ora sí que el MIEDO llegó sin invitación, dizque porque se le dio la gana. Bueno, a ver cómo se defiende cada una y se aconchaba un pariente que la cuide, aunque sea con desgano, en los momentos agitados, y que el túnel descendente resbaladizo se ahogue en una espiral de… aquí ya no se alcanza a ver nada…


María del Pilar López González
21 de febrero de 2018

Imagen: Isidre Nonell Monturiol

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