lunes, 5 de septiembre de 2016





PÍNTALO DE ROJO

Para el Dr. Jorge Herrera López de Llergo: In memoriam

Somos dos, siempre dos. Enajenados en este torbellino de tonos sanguíneos. Un mar de lava nos envuelve. Irreales, desdibujados, entregados, entrelazados, emparejados en un abrazo sin brazos. Compactados como gemelos expósitos, univitelinos.
Tenemos el rostro manchado de vergüenza, el gesto vacio, simulando una historia melancólica entre las notas tristes de un violín sin dueño. Volamos juntos mecidos por un viento de hastío. El color brota de nuestra epidermis en un destello cromático de rojos profundos.
Un Dios con máscara de pájaro nos observa, sus ojos son espejos donde están clavados la noche y el día, los astros, lo lejos y lo cerca, el cielo y el infierno, todo el Origen, el Diluvio, un ciclo circadiano.
Somos dos sombras taciturnas que nos apagamos como la flama de un candelero de anticuario. Apócrifas, estampadas en un lienzo con siluetas dolientes, como imágenes religiosas, mágicas en una danza sin tiempo. Somos dos, siempre dos. Como en un principio.


Coatzacoalcos Veracruz, octubre de 1994

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