PÍNTALO DE ROJO
Para el Dr. Jorge
Herrera López de Llergo: In memoriam
Somos dos, siempre dos.
Enajenados en este torbellino de tonos sanguíneos. Un mar de lava nos envuelve.
Irreales, desdibujados, entregados, entrelazados, emparejados en un abrazo sin
brazos. Compactados como gemelos expósitos, univitelinos.
Tenemos el rostro
manchado de vergüenza, el gesto vacio, simulando una historia melancólica entre
las notas tristes de un violín sin dueño. Volamos juntos mecidos por un viento
de hastío. El color brota de nuestra epidermis en un destello cromático de
rojos profundos.
Un Dios con máscara de
pájaro nos observa, sus ojos son espejos donde están clavados la noche y el
día, los astros, lo lejos y lo cerca, el cielo y el infierno, todo el Origen,
el Diluvio, un ciclo circadiano.
Somos dos sombras
taciturnas que nos apagamos como la flama de un candelero de anticuario.
Apócrifas, estampadas en un lienzo con siluetas dolientes, como imágenes
religiosas, mágicas en una danza sin tiempo. Somos dos, siempre dos. Como en un
principio.
Coatzacoalcos Veracruz,
octubre de 1994
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