Todas las
tardes se reunían en el Parque Independencia, exactamente en la esquina que
formaban las avenidas Carranza y Zaragoza. En su banca preferida, el grupo de
señores del Coatzacoalcos de ayer, departían diversos temas entre chascarrillos
y anécdotas, y les encantaba galantear a las damas que por ahí pasaban.
Entre ellos,
se encontraba un señor fanático de la cacería, que al relatar sus aventuras con
venados, tepezcuintles, jabalíes y hasta tigres, lo hacía con tal gracia que
todos reían a carcajadas. Al escuchar el alboroto, sabíamos que provenía del
grupo de los simpáticos caballeros que alegres disfrutaban los relatos del
famoso cazador. Así pasaban la tardeada, siempre en la misma banca del parque,
en el querido Coatzacoalcos de los tiempos idos.
Yolanda
Placeres Heredia 2018