domingo, 1 de septiembre de 2019

POR ESO PIDO PERDÓN



Pido perdón porque si mi vida no es ahora un cielo, definitivamente no es y nunca ha sido un infierno.

Pido perdón por no haber pasado nunca hambre o sed. Por tener siempre un techo que me protegiera del sol intenso o de la lluvia fría. Por tener ropa para escoger que ponerme, o regalar zapatos que ya no me venían o ya no me gustaran. Pido perdón por haber ido a la escuela, obtener una profesión y un trabajo digno con un salario suficiente. Pido perdón por no ver como bombas y metralla destrozaban las ventanas y mi casa; y como terminaban con la vida y los sueños de mis amigos y de mis seres queridos. Pido perdón porque a pesar de los difíciles tiempos en que vivimos, el miedo aún no ha hecho nido en mi mente y en mi corazón. Pido perdón porque no puedo cambiar la situación de los muchos, miles o millones que no han tenido lo poco, mucho o suficiente que he tenido, o porque precisamente, por tener poco, mucho o suficiente, no he intentado cambiar las condiciones de aquellos que no tienen nada o han perdido todo.

¿Me duele igual una lágrima ajena o el llanto y dolor de los demás?  Si no me duele habré vivido en vano, cubierto por el abrigo de los que solo observan ¿y si no intento aliviar o terminar para siempre ese sufrimiento, que permea los poros, la mirada y los sueños, entonces cual sería el propósito de esta vida?

Así que es por eso, por lo poco, mucho o suficiente que he tenido, por lo que pido perdón.

Jorge Malpica Jiménez
23 de octubre de 2018

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